PARROQUIA DE SAN BLÁS
Lugares de interés
La actual parroquia de San Blas de Burlada se creó el día 29 de junio de 1.970 bajo la advocación de Santa María Soledad Torres Acosta, religiosa madrileña fundadora de las Siervas de María, dedicadas a la atención a domicilio de enfermos pobres, velando durante las noches.
Surge una nueva parroquia debido al crecimiento de población que experimenta Burlada en aquellos años y el nombre que recibe inicialmente se debe a que ese mismo año, el 25 de enero, fue canonizada por el Papa Pablo VI la fundadora de esta congregación religiosa afincada en nuestro pueblo desde el año 1.942, fecha en la que se abrió el edificio de su Noviciado el día 2 de julio.
Inicialmente los locales de la recién creada parroquia se encontraban en el número 10 de la calle San Blas, nombre que respondía a la tradicional devoción a este santo en Burlada, como lo atestigua también el valioso retablo renacentista dedicado a él en la antigua Iglesia parroquial de San Juan Bautista y que actualmente se encuentra en el Museo de Navarra.
Esto hizo que popularmente se llamara a la parroquia “San Blas”, lo que terminó por llevar al cambio oficial del titular de la parroquia por el de San Blas el 3 de febrero de 1978.
Con el paso de los años se queda pequeña y se procede al traslado de la parroquia a la actual ubicación, precisamente la iglesia del Noviciado de las Siervas de Maria, que permanecen en la aledaña Casa de Reposo “Salus Infirmorum” tras el cierre del mismo, donde se dieron los primeros pasos de la corta historia parroquial.
Se hacen algunas modificaciones y el nuevo templo dedicado a San Blas queda inaugurado por el arzobispo de Pamplona Don Fernando Sebastián el día 21 de marzo de 1.999.
El actual edificio, esbelto y magnífico, fue proyectado por el arquitecto Don Serapio Esparza y la construcción del mismo fue llevada a cabo por Don Rufino Martinicorena; conserva en la parte superior de su fachada un medallón con los emblemas de las Siervas de María, y las letras M,(María) y en su centro S – I, (Salus Infirmorum –Salud de los enfermos-)
El magnífico retablo, procedente de Tudela, de estilo neoclásico preside el ábside. Data de 1.766; su planta es quebrada y en alzado presenta un alto banco sobre el que monta un cuerpo único con un orden gigante de columnas estriadas y capitel compuesto, situadas en diferentes planos. Se remata con un ático de pilastras cajeadas, coronado por querubines borriminescos y guirnaldas.
La escultura central responde todavía a modelos barrocos, aunque de corte académico, debiéndose probablemente a Carlos de Salas. En la hornacina central aparece una majestuosa talla del santo en estudiado “contraposto”, vistiendo ropajes angulosos y aristados pliegues, a su vez, de gran suavidad; se alza sobre una monumental y algodonosa nube, en la que se hallan dos querubines y un angelillo que porta el báculo del santo.
El ático tiene una gloria con un triángulo equilátero, símbolo de la Trinidad o de Dios Padre, y dos querubines, además, en los extremos, dos ángeles muy dinámico, de abolengo berninesco.
Existe un claro contraste entre la policromía de la mazonería y la escultura; aquella imita mármoles polícromos de color muy oscuro y ésta mármol blanco.
También se encuentra una imagen del patrono de las misiones y de Navarra, San Francisco Javier en el lateral izquierdo, procedente de la iglesia de Jesús y María de Pamplona, obra realizada por Florentino Istúriz a comienzos del siglo XX, y la imagen de Nuestra Señora de la Salud, en el lado derecho, patrona del Instituto Siervas de María, y de notable raigambre en la devoción popular, cuya fiesta se celebra el 8 de mayo.
Notable es también la capilla bautismal. En ella se conserva un Crismón procedente de la ermita de Irangote, en la comarca de Aibar, datado en torno al año 1.110. A su lado encontramos una curiosa pila bautismal de piedra procedente de Gardalain. Tiene forma de fuente y consta de un recuadramiento moldurado coronado por frontón triangular, bajo el que se cobija una hornacina y un pedestal de donde brota el agua. Lleva la inscripción IHS / ANO 1751.
En la sacristía se conserva una escultura de la Virgen con Niño romanista, de comienzos del siglo XVII que conserva la policromía original aunque algo retocada. Se conserva también un crucifijo (82 × 70) barroco de estilo popular.